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El manuscrito Voynich. ¿Gran secreto o gran timo? | SIngenio Blog Un cuaderno sin indicaciones, marcas o dibujos en su portada. Un manuscrito que contiene imágenes no identificables, texto escrito en un alf...

✽ 18/3/10

☆ 2 comentarios

El manuscrito Voynich. ¿Gran secreto o gran timo?

Un cuaderno sin indicaciones, marcas o dibujos en su portada. Un manuscrito que contiene imágenes no identificables, texto escrito en un alfabeto y lenguaje desconocido y creado en un lugar y fecha igualmente desconocidos. Eso es el Manuscrito Voynich.

Se calcula que sus algo más de 200 páginas se llenaron hace unos 500 años, pero todavía no se ha podido interpretar su contenido.

Su apodo proviene de la persona que lo dió a conocer entre el gran público, Wilfrid M. Voynich, un lituano comerciante y coleccionista de libros antiguos y raros, nacionalizado estadounidense, cuyo auténtico nombre era Michal Wojnicz. En 1912, Voynich lo compró a unos jesuitas italianos tras descubrir el texto en una biblioteca de Villa Mondragone en Frascati, cerca de Roma. Los extraños caracteres del libro provocaron tanto su curiosidad, que una vez en su poder fotografió todas las páginas y las envió a los más afamados lingüistas del momento, con la intención de conseguir descifrar su contenido. Ninguno fue capaz de traducir la obra y ni tan siquiera lograron reconocer su tipografía.


El manuscrito cuenta al menos con 116 hojas escritas por ambas caras, relativamente pequeñas (poco más de 15 por 22cm.), de las cuales actualmente quedan sólo 104. Tanto la escritura como las ilustraciones del cuaderno son únicas. Debido a la imposibilidad de traducir el texto, las imágenes son la única pista sobre la naturaleza y la fecha de redacción del libro.

La mayoría son plantas, casi todas sin identificar, pero aunque no se distinguen claramente capítulos o secciones, hay más o menos consenso en que además de la botánica, el contenido del libro toca la astrología, anatomía humana, cosmologia, farmacia y recetas. Estas últimas se distinguen por formar muchos párrafos cortos, cada uno marcado con una flor o una estrella, que hacen pensar en una serie de órdenes, pasos o instrucciones para elaborar algo. ¿El qué? No se sabe, al igual que con los otros temas.

En el Manuscrito Voynich aparecen muchos dibujos y símbolos utilizados en antiguos manuales de alquimia medievales muy estudiados, lo que refuerza la idea sobre las distintas disciplinas que se han "catalogado".

Sin embargo, si bien con las imágenes se puede hacer alguna especulación más o menos afortunada, con el texto no se ha conseguido ningún resultado satisfactorio. Infructuosos pero destacables, son los esfuerzos del equipo de criptógrafos que rompió el código de la Armada Imperial Japonesa (1945), así como el más reciente (2000) análisis del Gordon Rugg en colaboración con Joanne Hyde. Estos últimos doctores en la Universidad de Keele, Inglaterra.

El hecho de que en tanto tiempo no haya podido descifrarse siquiera en parte, ha alimentado la teoría de que todo el manuscrito pudiera ser fruto de un alquimista loco o incluso la obra de un bromista medieval.

Básicamente se pueden distinguir unos 30 caracteres distintos, que forman 35.000 palabras. Los textos reunen muchas de las características de gran parte de las lenguas conocidas, como la complejidad de su construcción, repetición de palabras y numerosas regularidades en la estructura de los vocablos.

En cuanto al tamaño de las palabras, Rugg descubrió que las más comunes tienen cinco o seis caracteres, mientras que la aparición de palabras más largas o más cortas cae brúscamente. En una gráfica esto representaría una campana de Gauss, cosa bastante inusual en lenguas humanas donde abundan las palabras largas. Sin embargo, es improbable que esto se hiciera como parte de un hipotético engaño, simplemente porque el concepto estadístico en que se basa no fue inventado hasta varios siglos después de que se escribiera el manuscrito.

El contenido del libro es absolutamente público, pero aún así, el enigma continúa. El número hace la fuerza, así que aunque en este caso no exista una recompensa económica, quizás tú ingenio o intuición podrían ayudar a arrojar algo de luz sobre este puzzle.



Actualización 13-02-2011: Con el sistema del carbono-14, el manuscrito se ha conseguido datar dentro del siglo XV, unos cien años antes de la fecha en la que se pensaba que fue escrito. Discovery News.

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2 comentarios:

Álex Esteve dijo...

Cuantísimas puertas a la imaginación habre esto...

José Luis López Recio dijo...

Puede que se trate de una clave muy ingeniosa y secreta o de un gran timo...
Un abrazo

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