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La anécdota del barómetro (leyenda urbana) | SIngenio Blog Esto lo he leído en varias ocasiones y como me gusta bastante, decidí colgarlo en el blog. Quería haber explicado el origen de la anécdota y...

✽ 30/1/07

☆ 1 comentario

La anécdota del barómetro (leyenda urbana)

Esto lo he leído en varias ocasiones y como me gusta bastante, decidí colgarlo en el blog. Quería haber explicado el origen de la anécdota y los protagonistas reales, pero en sólo un ratito de búsqueda, encontré lo siguiente:
  • Publicado en Reader's Digest, 1958
  • Publicado en la revista Saturday Review, el 21 de Diciembre de 1968. Su autor es un profesor americano de física llamado Alexander Calandra.
  • El alumno era el físico Niels Bohr, premio Nobel de Física 1922 y el profesor consultado fue nada menos que Ernest Rutherford.
  • Publicado en Chicago Tribune, 1988

En fin, que dada la diversidad de fuentes, de protagonistas y de medios donde supuestamente ha sido publicada la anécdota, hasta conseguir nuevos datos la clasifico de Leyenda Urbana (historia extravagante pero muy creible que se extiende boca a boca... o mail a mail). Esta es la historia:

Un profesor de física hace un examen final con una única pregunta: explicar como medir la altura de un rascacielos con la ayuda de un barómetro.

En lugar de la respuesta esperada (medir la presión atmosférica en la base y en lo alto del edificio, calculando la distancia en función de la diferencia de presión), uno de los estudiantes contesta: "Se coge una cuerda lo suficientemente larga y se amarra al barómetro. A continuación se deja caer el barómetro desde el techo hasta llegar al suelo. Como el barómetro hace de plomada, la cuerda se tensa. Con medir la longitud de la cuerda desplegada, se obtiene la altura del rascacielos."

El profesor suspendió al estudiante fulminantemente, pero éste reclamó la revisión del examen. Tras no lograr convencer a su mentor, solicitó la intervención de un árbitro imparcial.

Otro profesor de física hizo de mediador y concluyó que la respuesta era correcta, pero que no demostraba sus conocimientos de física. Para que pudiera hacerlo, se le ofreció poder dar una segunda respuesta (verbal), disponiendo de seis minutos para ello, con la condición de que la respuesta estuviera al menos relacionada con los principios básicos de la física.

El estudiante guardó silencio durante 5 minutos mientras meditaba su contestación. El arbitro le recordó que el tiempo estaba corriendo y el estudiante replicó que ya tenía varias respuestas correctas, pero que estaba decidiendo cual era la mejor. Casi con el tiempo agotado, por fin se oyó: "Primero se lleva el barómetro a lo alto del rascacielos, se deja caer y con un cronómetro se mide el tiempo que tarda en alcanzar el suelo. Si tenemos el tiempo de caída, la altura puede ser medida con la fórmula espacio igual a un medio de g por el tiempo al cuadrado. Mala suerte para el barómetro." Hubo que aprobar al estudiante con la máxima calificación.

Al salir del aula, el árbitro recordó que el estudiante tenía varias respuestas, así que le preguntó por ellas: "Bueno, por ejemplo, se coge el barómetro en un día soleado y se mide la altura del barómetro, la longitud de su sombra y la longitud de la sombra del edificio; luego usando una simple proporción, se determina la altura del edificio."

"Bien, bien...¿y las otras?"... "Si lo que quiere es una respuesta más científica, podría decirle que amarrando un trozo pequeño de cuerda al barómetro, podríamos construir un péndulo y hacerlo funcionar en el techo y en el suelo. Si tenemos en cuenta la medida de la aceleración de la gravedad, al descender el barómetro en trayectoria circular y pasar por la perpendicular del edificio, de la diferencia de estos valores y aplicando una sencilla fórmula trigonométrica, podríamos calcular, sin duda, la altura del edificio."

El estudiante continuó: "Hay un método muy simple que le gustará. Se toma el barómetro y mientras se sube por la escalera de incendios se va marcando su longitud a lo largo de toda la pared. Multiplicando el número de marcas por la longitud del barómetro, se obtiene la altura del rascacielos."

"Hay otras formas de resolver el problema, pero probablemente la mejor es llamar a la casa del portero y decirle si quiere un magnífico barómetro nuevo. Si es así, ofrecerle el barómetro a cambio de que nos diga la altura del inmueble."


¡Si es que hay que aprender a pensar...!

1 comentarios:

Jose dijo...

Je je , pues yo la publiqué en Acertijosymascosas como " se atribuye" , la verdad es que no sé si es una leyenda urbana o real.

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